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Homenaje a Javier Tomé

Gracias, Javier, allá donde estés…

El arte, dijo Picasso, es una mentira que nos acerca a la verdad. A ello se dedica Ana Villanueva, volcada a tiempo casi completo en un oficio al que merece la pena consagrar la vida. Puesto que su naturaleza consiste en crear, Ana Mari —dicho sea en tono familiar— puede presumir con orgullo de ser triunfadora en esa durísima carrera de obstáculos que es la existencia. Y dado que lo mismo ejecuta con maestría un cocido que un estofado, los dioses han querido que se encuentre ahora mismo en lo más alto de la escalera del éxito personal, con dos exposiciones de su obra en Madrid. Prácticamente un milagro en ese mundo, el del arte, donde hay más indios que caballos. Con motivo de la celebración del 2 de mayo, el espacio cultural Conde Duque ha programado una exposición colectiva impulsada por la plataforma Maravillas de Malasaña. Es aquí donde se engloba la pieza de Ana, una obra inspirada en la importancia histórica del barrio. En ella se muestra la cabeza de un caballo como símbolo de resistencia de los madrileños ante la invasión napoleónica de 1808. La artista no ha querido renunciar a sus orígenes, utilizando madera de negrillo, piedra de Boñar y clavos rescatados de edificios tradicionales.

Dada su personalidad guerrera no me extraña que haga doblete en la capital de España, pues mañana lunes día 8 de mayo inaugura otra exposición en la Casa de León ubicada en la calle del Pez, y por tanto en la misma barriada de Malasaña. La creadora presenta su obra más madrileña con una serie de retratos del linaje de los Austria, realizados en técnica mixta. A ello se suman varias esculturas trabajadas en madera y piedra caliza, así como algunas de las obras más conocidas y destacadas de la serie Batallas. Tablas tiene de sobra para triunfar con tan arriesgada y doble apuesta, ya que parte de una obra sugerente, vigorosa y deliciosamente provocativa. Cuadros y esculturas de un virtuosismo sorprendente, pensados para los más exquisitos paladares. Aunque corre el peligro de intoxicarse de adulaciones, a ver quién le pisa ahora el poncho a la talentosa Ana Villanueva.

Javier Tomé para el Diario de León

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